Está finalizando el Mundial de Ajedrez en México y como ocurre con un evento de semejante envergadura es hora de sacar conclusiones.
Hemos visto a un campeón mundial, Vladimir Kramik, sólido pero deslucido, arriesgando poco, generando reacciones de poca adhesión en el público masivo del ajedrez. Por otro lado, el actual número uno del ranking, Vishnawatan Anand, ha escogido - cual Topalov en San Luis 2005 - la estrategia de arriesgar y ese será el punto central de este artículo.
Más allá de preparaciones teóricas puntuales (donde Anand ha sobresalido) lo que realmente importa es la actitud, la mentalidad positiva y ganadora con que se toma un torneo. Y es allí donde el gran maestro de la India merece un felicitado, por haber entendido que una actitud proactiva (ir a buscar la victoria) ha significado la mejor táctica en cada juego y en el total de la competencia un plan de largo plazo sumamente efectivo.
El rival importa y debe ser analizado pero el plan a largo plazo debe ser pensado en forma paralela a lo que se estudie del ocasional adversario.
La estrategia de torneo de ir por el triunfo con blancas y con negras es loable, en un "top level chess" muy parejo donde las ventajas pequeñas pueden hacer la diferencia.
Topalov hace dos años y Anand ahora han demostrado que en el ajedrez la planificación anticipada del torneo con un pensamiento positivo yendo en búsqueda de los acontecimientos tiene su recompensa en los resultados deportivos y en la admiración de la gente. Morozevich con sus irregularidades, pero original y arriesgado como pocos, es otro exponente de esta "escuela del riesgo calculado" que suma adeptos en los aficionados del tablero de las 64 casillas.
Es hora de reflexionar sobre este tema y extrapolarlo a otras áreas: el que no arriesga no gana o mejor dicho "el que no planifica como y cuando arriesgar tiene las de perder".
Un muy lindo torneo desde lo técnico y desde lo emotivo pero con un actor predominante, que se convirtió en la figura principal porque así lo buscó él.
¡Viva el táctico y estratega de Vishy!
Hemos visto a un campeón mundial, Vladimir Kramik, sólido pero deslucido, arriesgando poco, generando reacciones de poca adhesión en el público masivo del ajedrez. Por otro lado, el actual número uno del ranking, Vishnawatan Anand, ha escogido - cual Topalov en San Luis 2005 - la estrategia de arriesgar y ese será el punto central de este artículo.
Más allá de preparaciones teóricas puntuales (donde Anand ha sobresalido) lo que realmente importa es la actitud, la mentalidad positiva y ganadora con que se toma un torneo. Y es allí donde el gran maestro de la India merece un felicitado, por haber entendido que una actitud proactiva (ir a buscar la victoria) ha significado la mejor táctica en cada juego y en el total de la competencia un plan de largo plazo sumamente efectivo.
El rival importa y debe ser analizado pero el plan a largo plazo debe ser pensado en forma paralela a lo que se estudie del ocasional adversario.
La estrategia de torneo de ir por el triunfo con blancas y con negras es loable, en un "top level chess" muy parejo donde las ventajas pequeñas pueden hacer la diferencia.
Topalov hace dos años y Anand ahora han demostrado que en el ajedrez la planificación anticipada del torneo con un pensamiento positivo yendo en búsqueda de los acontecimientos tiene su recompensa en los resultados deportivos y en la admiración de la gente. Morozevich con sus irregularidades, pero original y arriesgado como pocos, es otro exponente de esta "escuela del riesgo calculado" que suma adeptos en los aficionados del tablero de las 64 casillas.
Es hora de reflexionar sobre este tema y extrapolarlo a otras áreas: el que no arriesga no gana o mejor dicho "el que no planifica como y cuando arriesgar tiene las de perder".
Un muy lindo torneo desde lo técnico y desde lo emotivo pero con un actor predominante, que se convirtió en la figura principal porque así lo buscó él.
¡Viva el táctico y estratega de Vishy!