martes, 10 de diciembre de 2013

Diez reflexiones sobre tres décadas de Democracia

Un día como hoy pero hace treinta años, un sábado 10 de diciembre de 1983, asumía la presidencia de la Nación, el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín. 
Recuerdo que el dìa anterior había terminado sexto grado en mi querida escuela Ursula LLames de Lapuente y que ese mismo sábado, tras la jura del primer presidente democrático de esta era, me mandaron a comprar empanadas a un negocio en la esquina del Hospital de Niños. Era un día espléndido donde el sol alumbraba con poder, como mostrando nuevos horizontes a todos los argentinos.
Hoy, valorando la estabilidad institucional de este trigésimo aniversario, solamente quiero transcribir diez pensamientos para que, quien quiera y cómo quiera, los reflexione a su manera:

1- El hoy hace que el ayer signifique.  
Emily Dickinson.

2- Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro
Confucio

3- Los dogmas del pasado sereno no concuerdan con el tumultuoso presente.
Abraham Lincoln

4- La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos.
Bernard Shaw.

5- La democracia es la necesidad de inclinarse de cuando en cuando ante la opinión de los demás.
Winston Churchill

6- La democracia es, así ha sido definida hace bastante tiempo, el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo, es decir, que el pueblo no sea un instrumento para dar a otros las leyes que necesitan para hacer lo que quieran con el país.
Alicia Moreau de Justo

7- Un gobierno democrático es el único en el que los que votan por un impuesto puede escapar a la obligación de pagar. 
Alexis de Tocqueville

8- Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos. 
Jorge Luis Borges.

9- Si quiere hacer las paces con su enemigo, usted debe trabajar con él.
Nelson Mandela 

10- La esperanza es el único bien común a todos los hombres; los que lo han perdido todo, la poseen aún.
Tales De Mileto

¡Felices treinta años sistema democrático!

Alejo de Dovitiis © 2013.

Las tres dimensiones del ajedrez y sus valores

El día martes 3 de Diciembre de 2013 tuve el orgullo, la suerte y la alegría de ser premiado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Buenos Aires.
En el salón Manuel Belgrano del edificio central de la entidad compartí con cientos de profesionales una entretenida entrega de premios y fiesta del deporte.
En esa ocasión tuve que pronunciar un breve discurso una vez que recibí una preciosa plaqueta plateada. que gentilmente las autoridades me obsequiaron.
Por supuesto que no preparé algo escrito, aunque sí pensé en lo que iba decir, más cuando me encontraba en un escenario frente a tal vez mil espectadores.
No es motivo de esta nota transcribir o recordar todo lo que dije, mas sí quisiera recordar ciertos puntos que hacen a los valores del ajedrez según sea el prisma desde el cual se lo mire. 
El ajedrez como expresión lúdica: es un juego, una batalla de pensamientos diría el ex campeón mundial Emanuel Lasker, que sirve como excusa para practicar valores importantes como el respeto de las ideas ajenas y el saludo respetuoso al oponente al comenzar y finalizar la contienda.
El ajedrez como ciencia: es una rama del conocimiento donde se puede aplicar el método hipotético deductivo - tal cual fuera el ex campeón mundial Mikhail Botvinnik-  y se puede desarrollar una capacidad investigativa muy amplia. Aquí aplica muy bien lo que dijera alguna vez Ortega y Gasset "que la ciencia es sólo un ideal, la de hoy corrige a la de ayer, y la de mañana a la de hoy".
El ajedrez como arte: es una disciplina que permite apreciar la creación de otros ajedrecistas como atreverse a realizarlas en cada uno de nuestros juegos. ¿Todas las creaciones son buenas? Probablemente no, pero el placer de haberlas ideado con nuestra propia mente no tiene igual.
En definitiva, jugar, disfrutar, competir, investigar, reflexionar, crear, contemplar son algunos de los verbos que se pueden extraer de un juego de ajedrez.
Por otro lado, observando una mesa repleta de trofeos a ser entregados en distintos deportes, me dio por preguntarme y preguntarles a los allí presentes sobre el significado de los premios: creo que, más allá de ser la resultante de una alta performance, simbolizan esfuerzo, superación y sobre todo la posibilidad de rememorar cada vez que se lo mire un montón de recuerdos lindos vividos durante la justa deportiva que amerita su existencia. Esa debería ser la mayor riqueza que ha de quedar en nuestras vitrinas pero principalmente en nuestras vitrinas.
Jugar y competir, disfrutar sea tras ganar o perder; entender la mejora en la práctica de un deporte como el hecho superior a los resultados circunstanciales son algunos de los valores, o al menos buenas ideas que el ajedrez puede (si ponemos algo de cada uno) fomentar en nosotros.

Alejo de Dovitiis © 2013