viernes, 27 de marzo de 2020

La corona crisis vernácula

Inicios
Las leyes no escritas del hemisferio Sur marcan que cada país arranca a toda velocidad en marzo.
Sin embargo, un maléfico virus denominado Covid-19 decidió arruinarnos los planes.
La historia ya se venía viendo en China y los europeos no se preocuparon dada su lejanía; pero su llegada irremediable y arrasadora obligó a replegar banderas porque estaban llamando a sus puertas.
Hoy el resto de los continentes estamos tomando medidas, vislumbrando la ola como se levanta y amenaza pasarnos por encima.

La clase dirigente
Grandes líderes (¿?) le restaron importancia al asunto pero los hechos superaron sus expectativas.
Nuestro presidente -Alberto Fernández- obró con suma cautela y celeridad pese a la incertidumbre de la coyuntura: preferible cubrirse en salud a pecar por irresponsable.
Algunos dirigentes van estando a la altura de los tiempos, mientras que otros (de la política, del fútbol, de otros ordenes) no acusan recibo, o mejor dicho se escudan en una cuarentena que no les permite aportar ya no una acción, al menos una idea (ni hablar de ceder parte de sus dietas).

La sociedad
Hace tiempo vengo pensando -cada vez con más convicción- que los animales deben estar reflexionando a su manera: ¿estos son los seres racionales? ¿Los que matan por cualquier absurda razón? ¿Nosotros somo los "animales, en serio? ¿Y ellos, qué son?
Cuando hay una emergencia nacional, mejor dicho mundial, es dable irse de vacaciones pensando un 0% en los demás. Y tras ello ¿es de buen ser humano no cumplir con la cuarentena o exigirle al Estado que me rescate de una isla paradisíaca dónde quedé varado?
Es increíble que haya grupos que sigan pensando con pañuelos puestos en los ojos (del color que sean), que no les permiten mirar la realidad más allá de sus ideas.
Ahora aplaudimos a los médicos, a todos los trabajadores que exponen su salud por el resto de nosotros, cayendo en la cuenta que el ejército no es tan malo, y que en ocasiones el policía sirve a la comunidad.
En innumerables oportunidades hemos demostrado que lo primordial a cada uno es su interés, jamás el general. Cuando en el 2002/3 el rico pudo volver a viajar, el clase media pudo recuperar lo que tenía colocado en el sistema financiero y el humilde pudo cobrar su plan, todo acabó cual el tango: mano a mano.

El futuro
Dios o la Naturaleza o en quien cada uno crea, permita salir de esta grave situación sanitaria y social bien, recomponiéndonos de a poco TODOS.
No se si acabará la grieta pero sí me queda claro que los dos principales impulsores, predecesores de Alberto, han quedado rezagados con respecto a él. Ojalá pensemos muchos temas más de esta forma, todos unidos priorizando la importancia del asunto a los orientaciones individuales.
La vulnerabilidad a la que nos expone y expondrá esta crisis ha de probar que el dinero ayuda pero no salva a NADIE. Somos apenas simples humanos entre miles de millones más.
La posibilidad forzada de estar con nuestros afectos o, de tenerlos lejos y no poder visitarlos, nos hará reflexionar sobre ciertos valores que parecen olvidados.
Ahora, ante la enfermedad, ante la posibilidad de morir, no hay lenguaje inclusivo, no hay diferencias de género, raza, religión: SOMOS TODOS IGUALES y así debería continuar siendo siempre, no solamente frente a una pandemia.
Estamos todos, nadie excluido, frente a una desgracia pero en simultáneo frente a una OPORTUNIDAD DE REFUNDARNOS, si quieren de "deconstruirse" como suelen decir ahora.
Vale la pena el esfuerzo individual, el cual sumado ha de dar una gran sinergia social.
Dicen que la vida, cual partida de ajedrez, es una historia que se escribe de a tres: lo que yo quiero hacer, lo que desea el prójimo y lo que manda la realidad. 
Seamos sensatos y solidarios o, tal vez nos toque inclinar el rey para siempre como Nación.

Alejo de Dovitiis © 2020

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