sábado, 2 de abril de 2022

Malvinas

 Un 2 de Abril de 1982 me asustó oír en la radio que un marino llamado Giachino había fallecido al generarse la recuperación territorial de las Islas Malvinas, iba a ser el primer de 649 héroes aunque ¿Cuántos de ellos volvieron para subsistir, para mendigar un lugar ante la indiferencia de la nefasta clase dirigente? El dolor no sabe de números o, cuantificarlo es buscarle un límite que en verdad no existe.

Ese pibe que yo encarnaba no lograba entender los alcances de una guerra que iba ser tan inevitable como absurda. Muchos festejaban como si hubiéramos vuelto a ganar el mundial de fútbol como en 1978.

Las jornadas siguieron y mucho dolor, muchas muertes, mucha injusticia nos hicieron volver a una realidad que era dura aunque se la hubiese querido maquillar con semejante operativo militar.

Todo fue muy gris como aquel invierno que se avecinaba y la contienda fue en el mismo sentido negativo. Suena bien decir que recuperamos las Islas por dos meses, pero es muy duro pensar en toda la sangre que se derramó en pos de una quimera, de una manotazo de ahogado de un gobierno militar que deseaba entronizarse desoyendo a un final anunciado que retumbaba en todos los rincones de nuestra Argentina.

¿Qué hicimos desde entonces? Indemnizar y proteger a otros que actuaron en pos de sus intereses, también generando violencia y muerte. ¿Y dónde quedaron aquellos soldados? Ah...murieron en cumplimiento del deber (parecería ser la táctica respuesta de quienes han comandado al país en estos cuarenta años).

A cuatro décadas seguimos discutiendo pavadas, cosas banales, dejando a un costado lo importante, sin poner en su lugar a personas que dejaron su vida o al menos su normal vivir en unas islas lejanas que nos siguen perteneciendo por el derecho internacional pero que en los hechos son ocupadas por la corona inglesa.

Sigamos reclamando, seamos más creativos para hacerlo, pero además construyamos presente y futuro respetando lo bueno del pasado. 

Entendamos de una buena vez que no hay muertos buenos y malos, que no son mejores los de pañuelo verde que los celestes y tantas otras divisiones que nos han llevado a una decadencia que aquella alma de pibe, que aun intento conservar, jamás pudo siquiera sospechar.

No pensemos tanto en Qatar, no estemos tan pendientes del PSG, busquemos alguna vez estar unidos en asuntos que hacen a nuestro día a día. 

¿Por qué muchos desacreditan o devalúan la corrupción? ¿No debería haber, ya que hay secretarías de todos los colores para darle plata a tanto militantes interesados, una que tenga que ver con la soberanía nacional y los veteranos de guerra? ¿Cuál es la idea de el camino con una educación arrasada al compás de una situación socio económica idéntica?

Que feo debe ser haberte jugado la vida por tu Nación, haber visto a compañeros desangrarse a tu lado y solamente escuchar discursos de ocasión, para la TV y las redes sociales.

La pérdida de la dignidad que se sufre y acrecienta cada día, encuentra en este día, casi su punto máximo.

Mis respetos, mis admiración y mis disculpas a todos aquellos hombres y mujeres que dejaron todo en una empresa que no debió siquiera pensarse.

"La patria es el otro" ¿la oyó alguna vez? Esta y otras tantas frases tienen el sello de un país que cuenta con toneladas de creatividad para generar frases preciosas que jamás se cumplen en los hechos. Dios, la Patria o quien sea algún día nos demanden igual inventiva para volver a tener una Argentina mejor.

Alejo de Dovitiis © 2022