sábado, 25 de junio de 2011

El Mundial de fútbol de 1978

Los comienzo de los años setenta fueron problemáticos no solamente a nivel institucional sino a nivel futbolístico para Argentina.
Un gran equipo de Perú dejó afuera en cancha de Boca a la Selección Argentina del Mundial de 1970. Esa Copa, obtenida brillantemente por Brasil, fue el último capítulo de Pelé en los mundiales de fútbol. La cátedra dada por el equipo sudamericano en México 1970 le valió el reconomiento ecuménico y la conquista para sus vitrinas de la Copa Jules Rimet. Solamente de citar que la final la obtuvo con un contundente 4-1 sobre Italia habla a las claras del poderío del conjunto brasileño. No puedo olvidarme la toma de la televisión del cuarto gol donde Pelé cede la pelota hacia la punta derecha pero parece no haber nadie allí, sin embargo, aparece como una flecha el capitán Carlos Alberto y con un tiro fuerte clava el resultado definitivo. Se cerró por entonces una etapa estupenda del fútbol de Brasil que debería esperar luego veinticuatro años en volver a conquistar un trofeo mundial.
En Alemania 1974 apenas si Argentina pasó la primera rueda para ya en la siguiente fase jugar muy mal y perder por ejemplo 4-0 con Holanda, la famosa naranja mecánica, en un partido que demostró lo excelso del juego del conjunto de los Países Bajos y lo lejos que estaba Argentina de poder estar entre los primeros equipos del fútbol mundial. Ese equipo holandés -que a los dos minutos de la final ganaba 1-0 con gol de Neeskens contra el local Alemania- y terminara perdiendo 2-1 gracias a goles de Breitner y el artillero de la historia Gerd Muller fue el único equipo de la historia que, sin ser campeón, ha quedado en el recuerdo por su gran funcionamiento. Una vez, el veterano periodista argentino Juvenal dijo: "Ese Holanda fue el desorden organizado". Su técnico Rinus Michels armó un esquema táctico de mucha movilidad donde las posiciones no eran totalmente fijas y, por ejemplo se podía al líbero Krol pasando al ataque o al mismísimo Johan Cruyff jugando de delantero o hasta de volante central en determinados momentos del partido. Esas ideas futbolísticas flexibles tuvieron su revancha en la Eurocopa de 1988 cuando Michels, contando con Gullit y Van Basten, pudo finalmente obtener un título importante. Mucho de lo que nos maravillamos hoy en el Barcelona de Pep Guardiola es fruto de esas ideas holandesas que Michels logró transmitir a jugadores como Rijkaard, antecesor del actual mister del mejor equipo de la actualidad.
Pero pasemos al mundial 1978 donde la Junta Militar argentina se endeudó en miles de millones de dólares para organizar el evento y de paso intentar maquillar todo lo horrible que estaba sucediendo en el país.
Luego de la debacle de 1974 la Selección le fue encargada a César Luis Menotti, quien con Huracán había obtenido el título en el Metropolitano de 1973 con un gran caudal de juego, y que se propuso tomar en serio a la Selección y a su preparación. Ubaldo Fillol fue confirmado como arquero a un año de comenzar el mundial y un joven caudillo, Daniel Passarella, fue nombrado como capitán del equipo.
En la primera fase Argentina jugó en Buenos Aires, en el estadio de River:
Argentina 2 (Luque 15´, Bertoni 83´) - Hungría 1 (Csapó 10´): Fue una noche fría del 2 de Junio y recuerdo haber estado en casa de mi compañero de primer grado Matías Gallo. Al venirme a buscar mi papá Argentina acababa de empatar 1-1 para ganar sobre el final 2-1 con bastante esfuerzo.
Argentina 2 (Passarela -P- 45´, Luque 73´) - Francia 1 (Platini 60´): Otro juego muy duro donde Argentina pudo prevalecer sobre el final y donde se pasaron momentos de sosobra.
Argentina 0 - Italia 1 (Bettega 67´): Un baño de realidad en un partido parejo donde un gran contragolpe italiano nos hizo perder el partido y nos relegó al segundo puesto del grupo 1.
En los otros grupos asomaban como importantes equipos Brasil, Alemania, Holanda (ya sin Cruyff), Perú y Polonia.
En la segunda fase Argentina debió viajar a jugar al estadio de Rosario Central (Rosario, Santa Fé) aunque otros partidos del grupo B se disputaron en el Estado de Mendoza. Por el grupo A los partidos se desarrollaron en el Estado de Talleres de Córdoba y el Monumental.
Argentina en Rosario sintió menos la presión de la gente y tal vez fue negocio haber perdido con Italia y dejar la gran urbe para ir a una ciudad grande pero más calma.
Por el grupo A Holanda definió su pase a la final en el choque decisivo contra Italia a quien venció 2-1. Los italianos perderían luego el partido del tercer puesto nuevamente por 2-1 frente a Brasil.
En el grupo B Argentina y Brasil tuvieron una puja tremenda que se definió por diferencia de goles a favor del representativo organizador. Veamos el detalle de los partidos argentinos:
Argentina 2 (Kempes 16 y 71´) - Polonia 0: Un partido que se hizo fácil luego pero donde fue decisivo el penal atajado por Fillol a Dejna. Aunque comenzó a decaer Luque, producto de la triste noticia de la muerte de su hermano en la ruta camino al partido, se inició un ascenso imparable en el juego y la potencia de Mario Alberto Kempes, a la postre el goleador del torneo con seis tantos.
Argentina 0 - Brasil 0: Un partido donde merecimos perder y la gran figura fue el Pato Fillol sacando muchas pelotas que tenían destino de red.
Argentina 6 (Kempes 21 y 46´, Luque 50 y 72, Tarantini 43´y Housemann 67´) - Perú 0: Un partido donde Argentina fue una tromba pero se sospecha que Perú, un muy buen equipo cuyo arquero Quiroga había nacido en Argentina, no opuso la resistencia debida ante la necesidad argentina de vencer por cuatro goles de diferencia para sobrepasar a Brasil.
Tras esta abultada victoria se llegó a la final el domingo 25 de Junio, hace hoy 33 años, en el estadio Monumental de Núñez.
Argentina 3 (Kempes 38 y 105´, Bertoni 116´) - Holanda 1 (Naninga 82´): Un partido muy parejo jugado bajo un intenso frío de un día gris, como el de hoy. Recuerdo la tele y toda la mesa servida cerca de ella en la casa de mi abuela Tatita para ver el encuentro. Un primer tiempo superior y un segundo tiempo vacilante aún después del empate a ocho minuto del final de Holanda. En el último minuto la pelota que da en el palo y el respiro...uffff. Años después pude ver un audio donde se oía a Menotti en la charla técnica antes del suplementario: "- Muchachos, no dan más, si no nos ganaron en los noventa, ahora no van a poder, ya pasó su tiempo, ¡nos toca ahora a nosotros!!".
Dicho y hecho: Argentina fue muy superior a Holanda en los treinta del alargue y allí estableció la diferencia de dos goles.

Me acuerdo el final, el abrazo emocionado de Fillol con Olguín, Passarella levantando la Copa, Bertoni, Luque etc. Todos en el balcón tirando papelitos y luego por la Avenida Santa Fé a paso de tortuga en medio de una algarabía general. Era la gran fiesta que tapaba todos los sucesos negativos de una etapa tremenda.
En la escuela cantábamos y festejábamos cada triunfo, era el tema nacional por ese Junio de 1978.
Campeones mundiales por primera vez, luego vendría el Mundial Juvenil en Japón al año siguiente con la gran aparición de Maradona y Ramón Díaz.
La valoración primordial y la organización estricta de la selección habían dado sus frutos.

Alejo de Dovitiis © 2011

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