lunes, 20 de junio de 2011

La bandera de la honestidad: el Gral Manuel Belgrano

Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació un 3 de Junio de 1770 en la ciudad de Buenos Aires.
Luego de estudiar en el Real Colegio de San Carlos (ahora Nacional Buenos Aires) viajó a España donde entre 1786 y 1793 estudió Derecho en las universidades de Salamanca y Valladolid. Su especial dedicación a la economía política hace que en la Facultad de Ciencias Económicas de Buenos Aires se le reconozca como el primer economista del Río de la Plata mas creo que también debería valorársele como el primer abogado de este país.

Estando en la Península Ibérica se ilustró en muchos aspectos y vivió de cerca los acontecimientos e ideas surgientes de la Revolución Francesa de 1789. Siguiendo los pensamientos políticos de Francisco Suárez cuestionó el derecho divino de los reyes y pregonó que el poder de los gobiernos deviene de los pueblos.
De regreso al Virreynato del Río de la Plata aportó su inteligencia, su estudio, su cultura y por sobre todas las cosas su amor desinteresado a su tierra.
Ocupó muchos cargos públicos y entre ellos merece destacarse el haber sido vocal de la Primera Junta de 1810. En 1811 ayudó a sentar las bases de la Independencia de Paraguay.
Un 27 de febrero de 1812 enarboló por primera vez a orillas del río Paraná, en la ciudad de Rosario, la bandera de Argentina.
Luego fue el comandante general del ejército del Norte cargo que transfirió a fines de 1813 en Posta de Yatasto al Gral José de San Martín.
Tras ello trabajó de diplomático en Europa para volver hacia 1816 y tener que soportar las casi guerra civil que imperaba, hecho que muy triste lo puso justamente a él, que tanto había hecho por su incipiente Argentina. Tras la Independencia del 9 de Julio en Tucumán las cosas siguieron siendo dificultosas y su quebrada salud lo llevaron pronto a la muerte.
Murió un 20 de Junio de 1820, pobre, olvidado, sin ser reconocido por todo lo que hizo por su país. Ese día, la anarquía en Buenos Aires eran total y tres personas decían ser el gobernador.
Se fue seguramente satisfecho, pleno de haber dado todo y no pedir nada a cambio, solamente la certeza lograda a medias que su Argentina estaba en marcha.

Alejo de Dovitiis © 2011

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